Mismidades y Egomanías de un tal Vorazip

Un blog donde las arbitrarias opiniones de su redactor acerca de la vida y todo lo demás, generarán odios y adhesiones a granel.

domingo, octubre 01, 2006

Vorazip contra los taxistas

-“Uh, acá pasa de todo” dice uno refiriéndose a las féminas que su trabajo en las calles le ha permitido “conocer”.
-“Yo era gerente de una multinacional, y ahora estoy acá, remándola” dice otro, víctima del capitalismo salvaje o la mala suerte o quién sabe que tamaña injusticia.
-“Yo con esto vivo fenómeno”, dice un tercero, agregando que hizo “una gamba y media cuando recién son las 10 de la mañana”, y yo, mientras miro la ventanilla, me pregunto: ¿habrá hecho un viaje a Júpiter y le cobró la vuelta?
Por supuesto, todas estas aseveraciones son acompañadas de la gestualidad propia de cada una de las formas o variables que conforman este extraño mundo del taxímetro, así, un émulo del mismísimo Isidoro Cañones surge en el primero (con la diferencia de que este tiene que laburar y no tiene un tío rico), un enorme fracasado semeja el segundo, que echa la culpa a todo y a todos de su realidad, y un primo del primero aparece en el tercero, que quiere hacer creer a sus pasajeros que el trabajo de tachero es una mina de oro.
No creo que uno de estos sujetos no pueda tener un buen día, y por lo menos, una vez a la semana no le salga un muy buen viaje, tampoco, que pueda tener intimidad con alguna pasajera o que realmente haya tenido un trabajo importante, las cosas suceden, pero es difícil creer tanta similitud de experiencias entre tantos choferes de la ciudad de Buenos Aires.
Porque yo digo, si todos los taxistas son winners con las mujeres, si todos los taxistas tuvieron cargos importantes y todos los taxistas están llenos de guita, ¿que hacen trabajando quichicientas horas? ¿Laburan para disimular? ¿Disimular qué? ¡Si se encargan de que uno sepa lo bien que les va!
También, y para ser sinceros, está los que se quejan, estos son peores porque además no tienen la imaginación del primero, que cuenta como se acostó con Thalía cuando vino a Buenos Aires aseverando que las estrellas del espectáculo como ella eligen los desconocidos porque nadie les creería cuando ellos lo contasen (a decir verdad, yo tampoco les creo), y entonces, mientras uno desea con toda su alma que el semáforo no se ponga en rojo, o por lo menos que no se pongan todos en rojo, las historias de asaltos se suceden hasta darnos escalofríos, y su relato de cómo lo cagó la mujer nos hace pensar que tal vez deberíamos chequear el e-mail de la nuestra, y su mala suerte por comprar dólares justo cuando este bajaba de cotización, nos hace pensar en la posibilidad de adquirir un ekeko para que, por las dudas y orándole mientras le llenamos la boca de cigarrillos baratos, no nos pase lo mismo.
Cabe destacar también al taxista esotérico y/o que ve cosas extrañas (generalmente si ven espíritus también creen en el tarot), rama alternativa de la cual ha dado cuenta un amigo, que comentó que uno de estos sujetos le dijo mientras lo llevaba en un viaje de San Telmo a Once, que los extraterrestres lo estaban persiguiendo hacía mucho (y confesaba mirando asustado por el espejo retrovisor).
Y bueno, espero que no lo hayan alcanzado, debe ser la envidia que me hace decir todo esto, y deseo también que aquel que se empomó a Thalía la haya disfrutado y le haya dado su merecido, y que el ex gerente pueda lograr quitar el ex y bueno, que al que ya hizo una gamba y media a las 10 de la mañana le sigan saliendo viajes a Júpiter.

Vorazip

PD: “Quien suscribe no se hace cargo de las opiniones vertidas debido a su carácter especialmente ciclotímico”
PD2: gracias a mi amigo “el tío” por contribuir con varias anécdotas


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